
Casi siempre se pueden ajustar los faros. Para ello, debe haber mangos especiales (pernos, etc.), que pueden hacer que las lámparas cambien el ángulo de inclinación. Además, si los faros son ligeros hacia abajo, es necesario comprobar si las bombillas se insertan correctamente (a veces se fija la bombilla y afecta a la dirección de la luz). Las contraanimaciones también están reguladas.